Entre las 9:00 de la mañana y el mediodía el poco flujo de pasajeros en el Metro de Santo Domingo y la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (Omsa) permitió que estos puedan ingresar con rapidez a los medios de transporte y cumplir con el distanciamiento físico necesario para prevenir contagiarse por el Covid-19 durante el tercer día de la primera fase de la reactivación económica.
Sin embargo, en las horas pico garantizar el distanciamiento físico en el interior de estos medios de transporte, que deben operar al 30% de su capacidad por disposición del Poder Ejecutivo, ha conllevado que se formen largas filas de personas en algunas estaciones y paradas que deben esperar hasta una hora para trasladarse a su destino.
Al entrar a las estaciones del Metro un agente de seguridad supervisa el uso de las mascarillas y rocía los pies de las personas con desinfectante.
Además, se pueden observar rayas marcadas en el piso que indican la distancia que debe mantenerse en el área de la boletería y en los andenes, mientras que dentro de los vagones unas siluetas de huellas y unos letreros en algunos asientos cumplen esa función.
En el caso de la Omsa, un agente de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) controla la cantidad de pasajeros que ingresan a los autobuses según las indicaciones del conductor o de algún supervisor para asegurarse de que solo haya un pasajero por asiento.
Aglomeración por falla. El amontonamiento de pasajeros que tuvo lugar la tarde del pasado miércoles -el primer día de la reactivación económica- y que se difundió por vídeos en las redes sociales fue atribuido por la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret) a una falla técnica en un elemento de seguridad de uno de los trenes.
“Ayer a las 5:38 de la tarde, ya próximo al cierre del servicio, un tren dio una falla técnica entre la estación Amín Abel, Joaquín Balaguer, en dirección Centro de los Héroes y Mamá Tingó y esto causó una detención de seis minutos, era una falla en unos de los elementos de seguridad del tren”, explicó el director de operaciones de la Opret, Ariel Rodríguez.
Choferes desamparados. Los choferes de autobuses y minibuses han manifestado que se sienten abandonados porque el Gobierno todavía no les permite llevar personas mientras que el Metro y la OMSA sí lo hacen.
Por su lado, los choferes de carros públicos y los motoconchistas que siguen operando se quejan de que no reciben ayudas del Gobierno mientras sus ingresos se han reducido a una tercera parte debido a la escasez de pasajeros.
José Luis Mejía, un chofer de la ruta de la avenida 27 de Febrero, explicó que se ha reducido a la mitad la cantidad de carros públicos que trabajan en esa vía y estimó que el flujo de pasajeros en estos días ha sido de un 20 a 30% de lo habitual.
De su parte, Francisco Jiménez, secretario de la ruta de motoconchos de dicha avenida, afirmó que algunos motoconchistas solo logran hacer RD$100 al día.
Vía | Hoy Digital